Pero
la realidad es, que en un sistema político como en el nuestro, donde está
prohibida la reelección inmediata pero de cualquier forma se busca brincar de
un cargo a otro, incentivados por los altos sueldos más que por una convicción
de vivir de la política dignamente, de ahí la importancia de dignificar la función
pública y realmente ser servidores públicos y no servirnos del público ya que
este último nos generará un desprestigio personal.
Los
servidores públicos que no cumplan con lo establecido en la Ley, deben ser
sancionados, inhabilitados, destituidos y que dichas sanciones no sean
negociables, es importante se establezcan topes salariales ya que los altos
sueldos que actualmente se dan en los municipios, no tienen una justificación
suficiente y que desde cualquier punto de vista son insostenibles, no
razonables e irracionales ya que muchos de los sueldos de los miembros de
cabildo superan percepciones de gobernantes nacionales e incluso de Presidentes
de otros países, y si a eso le sumamos la falta de medidas de austeridad para
ejercer los gastos se convierte en un saco roto que no tiene llenadera.
“Bajo el sistema federativo, los funcionarios públicos,
no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad;
no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa,
sino con sujeción a las leyes;
no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio
y a la disipación,
sino consagrarse asiduamente al trabajo,
resignándose a vivir en la honrada medianía
que proporciona la retribución que la Ley haya señalado.”
Benito Juárez García
Muchos
afirman que el recorte de recursos federales es la causa de que los municipios
tengan problemas financieros, sin embargo y en mi opinión, el problema vas allá
de la falta de dinero para que los Gobiernos cumplan con sus obligaciones
económicas.
Nuestro
México, uno de los países más normados y del que muchas de sus leyes han sido tomadas como ejemplo en el
extranjero para establecer sus propias leyes, pero son leyes que fueron hechas
en función de la desconfianza. México un país donde sus leyes no se aplican o
su aplicación es concedida al mejor postor.
Lamentablemente
este tema va mas allá de las Leyes, es cuestión de principios, valores y
responsabilidad social, que muchos de los servidores públicos han olvidado, el sobre
endeudamiento irresponsable de nuestros gobernantes, hacer negocios privados
desde el ámbito público es considerado como una virtud, la desviación de
recursos, la mentira, el doble discurso, esa doble moral que caracteriza a
muchos que solo son codiciosos y están hambrientos de obtener beneficios
personales y el mal ajeno, que confunden la inteligencia con la habilidad para
engañar, mientras más se miente, más inteligente se piensa que se es.
Desde
el inicio de mis funciones como Auditor en la iniciativa privada y ahora en el
sector público, he podido constatar esas prácticas inmorales, enfrentamos una
crisis de valores, el problema está en nosotros, nosotros como materia prima de
un país, porque pertenezco a un país donde la viveza, es la moneda que siempre
es más valorada que un peso, un país donde ¿para que te esfuerzas en estudiar?
adquiere tu título por una módica cantidad en la Universidad de Santo Domingo, un
país donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más apreciada que
formar una familia basada en principios y valores, con respeto a los demás y aun
cuando resulta dolorosa la verdad, que la mayoría de los mexicanos son educados
bajo principios de no respetar a la autoridad ni a las Leyes, donde las dependencias
de gobierno son papelerías particulares donde los servidores públicos
deshonestos se llevan para su casa todo el material necesario para realizar las
tareas de sus hijos. Son muchos los ejemplos que podemos señalar respecto a las
cuestiones educativas que se cuestionan, son comunes los dichos populares de
que: “yo no quiero que me den, sino que me pongan donde hay, que yo me encargo
de lo demás”, “el que no tranza no
avanza” o en pláticas de hijos propensos a mentir; “este niño es muy mentiroso,
será un buen político”. Que nunca más estos dichos mexicanos se hagan realidad.
“Sólo los hombres honrados y de conocida aptitud
desempeñarán los empleos, desaparecerá esa plaga de pretendientes inoportunos
que quieren vivir del erario sin merecerlo… y los ramos todos de la administración
pública recibirán notables mejoras por el buen servicio de sus empleados”.
(Juárez, 2000: xx).
Pues al llegar al cargo“… resulta que las autoridades se
ven constantemente importunadas por multitud de pretendientes ineptos y
viciosos, que si son colocados, como que reputan los empleos por un puesto de
descanso y de comodidad, desatienden las labores a las que deben dedicarse con
empeño, se paraliza el giro de los negocios y el Estado - en este caso el
municipio - sufre el perjuicio de pagar con puntualidad unos hombres que no
le sirven de la misma manera; y si no son considerados o se les separa por ineptitud
o mal manejo, van luego a engrosar las filas de los ambiciosos..” (Juárez,
2000: xx).
Estamos
en un país donde la gente está llena de faltas, donde hemos matado al perro o algún
familiar más de 10 veces, con tal de justificar una inasistencia a la escuela o
el trabajo sin ningún remordimiento, pero disfrutamos hablar en contra de los
gobernantes y los políticos, mientras más los criticamos, mejores somos como
personas, a pesar que ayer adquirimos discos y ropa piratas o nos fregamos a
los trabajadores no pagándoles su tiempo extra y lo que por ley les
corresponde. Carecemos de valores éticos por una falta de educación familiar
dotada de principios.
Pero,
¿Dónde comienza el camino de la mentira y la corrupción de los servidores
públicos en la realización de su trabajo?, pues en los documentos elaborados de
forma voluntaria por nosotros mismos, para justificar las razones para ocupar
algún cargo público y en la mayoría de los casos incluimos información falsa
para engañar a nuestro contratante y que él no verifica, con tal de obedecer a
instrucciones superiores que pagan compromisos políticos y que sin pensarlo
esas decisiones les afectaran en un futuro por contratar servidores públicos
sin el perfil idóneo. Esos tiempos de callar y obedecer ya se terminaron.
He
podido verificar un sin número de veces esas prácticas inmorales ya que la
mayoría de los documentos que soportan el currículum son falsos o no existen y
esta situación se da desde el Rango más alto hasta el servidor público de menor
rango, recordemos vergonzosas situaciones para la vida política de nuestro país,
lo es el de una persona nombrado Secretario de Educación Pública al inicio del
sexenio de Ernesto Zedillo, quien decía ser Licenciado en Derecho por la UNAM y
Doctor en Derecho por la Universidad de Harvard, grado y posgrado que eran
falsos y al ser descubierto fue necesario presentar su renuncia, otra, la
vivida por Carlos Salinas de Gortari, a quien en su campaña, se le presentaba
como Doctor en Economía por la Universidad de Harvard y que al ser desmentido
oficialmente dicho postgrado por la propia Institución, no tuvo otra opción que
demostrar que solo contaba con la Licenciatura en Economía por la Universidad Nacional
Autónoma de México. Como estos casos existen miles a cualquiera de los niveles:
federal, estatal y municipal.
El
crear documentos curriculares con información no apegada a la verdad, debe
obligar a que las autoridades competentes revisen dichos documentos y sancionen
a los servidores públicos que presenten esta conducta inmoral, después de todo
la Ley Orgánica Municipal del Estado de México establece ciertos requisitos con
los que deben cumplir algunos de los funcionarios públicos y la usurpación de
profesión es sancionada por el Código Penal, en el caso de ostentar una
profesión sin serlo.
Como
mexicanos tenemos muchas cosas buenas, pero nos falta mucho para ser los
hombres y mujeres que nuestro país necesita, porque esos defectos, esa
sagacidad congénita, esa deshonestidad, esa falta de calidad humana, la
degradación y pérdida de los valores éticos y morales en las familias genera
muchos de los problemas que actualmente enfrentamos, es lo que nos tiene
fregados.
Tenemos
que erradicar esos vicios que tenemos como pueblo y después a cambiar nosotros
solitos, debemos cambiar nuestra forma de pensar, denunciar las prácticas
corruptas, casos de enriquecimiento inexplicable, educar a nuestros hijos en
valores anticorrupción, utilizar los instrumentos jurídicos para evitar que los
servidores públicos tengan impunidad. Esto puede ser una contribución
importante a la sociedad.
Ser
hombres y mujeres íntegros, es la perfección del carácter, es esa honestidad
con la que debemos proceder con el tiempo, pero también debemos medir las
consecuencias de serlo, porque podemos caer en la tentación de dejarlo de ser, porque
las consecuencias de ser integro a los ojos de los demás provoca te vean como un
obstáculo, como la piedra en el zapato, como un reto, que les va a impedir
tranzar para avanzar. Ser íntegros y honrados nos puede hacer vulnerables
porque podemos perder muchas cosas, empezando por el trabajo, sin embargo nos
señalaran para indicar ahí va alguien en quien puedes confiar para hacer las
cosas bien.
Claro
está que la malversación de fondos públicos destinados a la obra pública,
adquisición de bienes y servicios, designación de cargos y puestos públicos
(nepotismo), el pago de altos sueldos y tráfico de influencias, tienen su raíz
en la mentira, la arrogancia, el abuso de los puestos públicos para propio
beneficio y el engaño, de aquí la importancia de impulsar una cultura en la
responsabilidad y la ética, ya que estos factores señalan la falta de lealtad
al Estado.
Esta
generación corrupta, o como quieran llamarla, es la que debe enseñar a nuestros
hijos como hacer las cosas, esto quiere decir que no todos somos corruptos y
estamos comprometidos en inculcar y difundir la cultura de la legalidad porque
la vivimos y practicamos.
Nuestras
futuras generaciones deben ver en esta generación ejemplos a seguir en la
iniciativa privada o sector público porque tenemos la obligación de enseñar la
cultura de la legalidad ya nuestros compañeros servidores públicos crearles
conciencia de que el no cumplir la Ley daña a nuestra sociedad y lastima a
nuestros niños.
“Los políticos estamos obligados al ejercicio de
virtudes,
Tales como la honestidad, la integridad, la
imparcialidad.
Que son requisitos básicos en el ejercicio del poder.”
Rafael Morgan Ríos
Por lo anterior quiero resaltar la
responsabilidad compartida que tienen las Contralorías Municipales que entre
sus funciones prioritarias se encuentran la definición de estrategias de
supervisión y control, recepción y atención de quejas ciudadanas, vigilar el
ejercicio del gasto, determinar sobre responsabilidades administrativas de los
servidores públicos, realizar auditorías, etc., por lo que uno de los fines
fundamentales de las contralorías es incrementar la confianza de la ciudadanía
en su gobierno.
Estas funciones obligan a una revisión más
profunda sobre el perfil con que debe contar el Contralor Interno Municipal, no
podemos seguir improvisando al servidor público que ocupe este cargo porque
requiere una experiencia práctica y una formación técnica que es un fundamento
indispensable de la capacidad profesional; sin embargo, ésta última requiere
una madurez de juicio que no se logra simplemente con la formación técnica.
“La esencia de las
contralorías y de los órganos de control no es sancionar o ver a cuántos
funcionarios se les impone una sanción,
es inhibir prácticas
que dañan a la sociedad.”
Victorino Barrios Dávalos
Los
verdaderos cambios no están en las leyes, están en las conciencias, en sus
conciencias, en mi conciencia, por esta razón he decidido buscar al responsable,
para exigirle que mejore su comportamiento y estoy seguro que lo voy a
encontrar hoy cuando me vea en el espejo, ahí estará, no necesito buscar en
otro lado y le voy a EXIGIR que haga un México mejor.
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